¿Qué es la Calidad del Aire Interior (CAI)?

La calidad del aire interior (CAI) es sumamente importante para la salud, de hecho, en los últimos tiempos hemos podido comprobarlo más si cabe por la manera en la que se transmiten ciertas enfermedades respiratorias en espacios interiores como viviendas, oficinas y edificios de uso público, unos lugares donde pasamos una gran parte de nuestro tiempo, lo que provoca que una mala calidad pueda afectar a la salud de las personas.

Además de virus y bacterias, el aire contiene diferentes elementos que pueden empeorar su calidad y, por consiguiente, afectar a la respiración de los seres vivos en general. Sin embargo, la calidad del aire interior se puede controlar y mejorar para poder conseguir espacios interiores saludables manteniendo el aire interior limpio y renovado.

Para conseguir una buena calidad del aire interior es necesario realizar un estudio de la calidad del aire interior para medir esa calidad, saber de qué depende, cuáles son los efectos negativos, cómo se puede mejorar y que normativa regula la calidad del aire interior. A continuación, vamos a averiguar todo esto y más.

¿Qué es la calidad del aire interior y de qué depende?

La calidad del aire interior hace referencia al aire interior en espacios interiores no industriales como viviendas y oficinas y edificios de uso público. Su calidad es tan importante porque se estima que pasamos el 90% del tiempo en interiores y puede ser entre 5 y 6 veces peor que el aire exterior.

que es la calidad del aire interior

Esta calidad depende de múltiples factores entre los que se encuentran principalmente la cantidad de CO2, la humedad generada por las personas, la temperatura, las emisiones contaminantes y el humo del tabaco, el mobiliario, los productos de limpieza, la velocidad del aire, el polvo o la presencia de virus o bacterias entre otros. Son tantos elementos que es muy difícil controlarlo todo, pero se puede tener una buena calidad del aire interior.

¿Cómo se mide la calidad de aire interior?

La calidad del aire interior pueden apreciarla fácilmente las personas que ocupen la estancia, pero se puede y se debe recoger muestras para ser analizadas por un laboratorio para que pueda analizar y mostrarnos los valores límite de la calidad del aire interior y que pueda realizar un estudio de calidad del aire.

 Mediante el grado de satisfacción del usuario

Algunas molestias como la humedad o los olores son rápidamente detectadas por las personas porque producen molestias y son detectados normalmente a través del olfato. Si la mayoría de las personas no detectan nada, se entiende que la calidad del aire es buena y por el contrario ocurre lo mismo, si un porcentaje mayor del 20% no está satisfecho, se entiende que la calidad es mala, por lo que es necesario realizar encuestas de satisfacción para medir la calidad del aire interior.

Lectura directa

Este método permite el conocer la calidad del aire interior mediante la toma de muestras y posterior análisis o por métodos de lectura directa con aparatos específicos para ello.

Para la lectura directa se necesita una muestra, tubos colorimétricos y monitores que lo interpreten. Para análisis más exhaustivos, existe la posibilidad de emplear el método activo que capta el aire haciéndolo pasar por unos filtros o el método pasivo en el que el contaminante se cata por difusión o permeación sobre una base.

¿Cuáles son los estándares de calidad del aire? ¿Qué normativa regula la calidad del aire interior?

Una vez se tienen los resultados de los análisis que miden la calidad del aire interior, hay que interpretarlos para comprobar que cumplen los estándares establecidos. En España, la regulación se hace con el Código Técnico de la Edificación (CTE) para viviendas, almacenes de residuos aparcamientos y trasteros y con el Reglamento de Instalaciones Térmicas en Edificios (RITE) para el resto de casos.

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El CTE regula las características de los sistemas de ventilación o los valores mínimos de caudal de renovación del aire, entre otras cosas. Como resumen y de forma básica, los niveles de CO2 deben mantenerse por debajo de 900 PPM y el caudal mínimo es de 1.5 l/s incluso si no hay personas.

El RITE se centra en asegurar la correcta filtración del aire exterior para que llegue al interior sin polvo ni partículas en suspensión (PM 10 y PM 2.5).

Además, la humedad relativa debe estar entre el 40 y el 60% y la temperatura entre los 20 y 25 grados centígrados.

¿Cuáles son los efectos sobre la salud por una mala calidad del aire interior?

Los primeros y principales síntomas de la mala calidad del aire interior aparecen en el sistema respiratorio y en las mucosas: sequedad ocular, dolor de garganta, congestión nasal, tos seca, opresión torácica… Pero también en la piel y en malestar general (cefaleas, somnolencia, náuseas, mareos, etc.).

A partir de la mala calidad del aire, se pueden agravar o desarrollar enfermedades crónicas como el asma, las alergias, la rinitis, el cáncer de pulmón y EPOC.

Principales contaminantes del aire interior

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  • Agentes patógenos.

    Incluyen a las bacterias, los virus, los hongos y los protozoos. Estos antígenos, toxinas y agentes infecciosos son nocivos para las personas.

  • Contaminantes sólidos del aire interior.

Partículas suspendidas que al ser respiradas acceden al sistema respiratorio: hollín, polvo, desechos orgánicos y combustión de motores diésel.

  • Contaminantes gaseosos del aire interior.

    Aunque hay muchos, los más destacados son el dióxido de carbono, los compuestos volátiles orgánicos procedentes de los cuerpos o de los productos de limpieza y los formaldehídos que emana el mobiliario.

¿Cómo se garantiza la calidad del aire interior?

Y teniendo todo lo anterior en cuenta, la calidad del aire interior se puede mejorar a través de diferentes métodos o prácticas:

  • Ventilación. Desde abrir las ventanas regularmente hasta instalar sistemas especializados de filtración en la propia ventilación de edificio.
  • Purificadores de aire. Estos aparatos pueden tener diferentes filtros: básicos, HEPA, UV, ionizadores… Según las necesidades.
  • Sistemas de ventilación mecánica. Los sistemas se instalan y adaptan a las características del edificio para extraer el aire interior e introducir aire exterior de manera mecánica controlada.
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